La doctrina fue presentada por el presidente James Monroe durante su séptimo discurso en el Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue tomado inicialmente con dudas y posteriormente con entusiasmo. Fue un momento definitorio en la política exterior de los Estados Unidos. La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John Quincy Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al colonialismo, pero ha sido posteriormente reinterpretada de diversas maneras.
Al comienzo del siglo ** Estados Unidos afirmó su destino manifiesto y el presidente Theodore Roosevelt emitió el Corolario de 1904 (Corolario Roosevelt) afirmando que, si un país americano situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Este corolario supuso, en realidad, una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.
en america latina:
Los orígenes de la actual política norteamericana hacia América Latina hay que rastrearlos en el Mensaje al Congreso del Presidente James Monroe, el 2 de diciembre de 1823, cuyos siguientes párrafos son conocidos como la Doctrina Monroe:
" Los continentes americanos, por la libre e independiente condición que han asumido y que mantienen, no deberán ser considerados ya como susceptibles de futura colonización por cualquiera de las potencias europeas".
"La sinceridad y relaciones amistosas que existen entre los Estados Unidos y aquellas potencias, nos obligan a declarar que consideraríamos peligroso para nuestra paz y seguridad cualquier tentativa de parte de ellas que tenga por objeto extender su sistema a una porción de este hemisferio, sea cual fuere. No hemos intervenido ni intervendremos en las colonias o dependencias de cualquier potencia europea: pero cuando se trate de gobiernos que hayan declarado y mantenido su independencia, y que después de madura consideración, y de acuerdo con justos principios, hayan sido reconocidos como independientes por el gobierno de los Estados Unidos, cualquiera intervención de una potencia europea, con el objeto de oprimirlos o de dirigir de alguna manera sus destinos, no podrá ser vista por nosotros sino como la manifestación de una disposición hostil hacia los Estados Unidos".
Como lo han demostrado todos los hechos posteriores, la doctrina no implicaba una política defensiva frente a Europa, sino que era una amenaza contra cualquier pretensión de cerrar el paso a la expansionismo norteamericano. En 1823 casi todas las colonias de España en América se habían independizado. Uno de los grandes artífices de ese proceso, Bolívar, había empezado a trabajar en el sueño de la unidad de las repúblicas latinoamericanas. Integración en la libertad, era su ideal. En diciembre de 1824 Bolívar firma la carta de invitación al Congreso que se lleva a cabo, en circunstancias muy adversas, en 1826. Por un lado varios gobiernos de la región no entienden la necesidad e importancia de la Confederación, por otro lado, Francisco de Paula Santander, contrariando las instrucciones del Libertador invita al Congreso a los Estados Unidos de América. Con la muerte del Libertador se interrumpe su sueño de la Patria grande.
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